Uno
de los motivos por los que creo que "Tsuki ga Kirei" es una buena
serie se debe al hecho de que no abusa de los clichés de su género. Sin
embargo, en sus últimos momentos, no puede evitar marcar uno de los mayores
clichés de las historias románticas: "Chico/Chica corriendo a una estación
(Inserte aquí el medio de transporte que más se acomode a su guion)".
Forzando un poco la situación para plantear una posible separación y un amor no
logrado, como clímax final.
· - Y spoiler, eso no
ocurre, aunque no sé por qué eso puede tomarse como spoiler, ya que era obvio
lo que iba a ocurrir.
En esta escena el "mensaje subliminal". |
Y
claro esta que soy inmune a esa forzada incertidumbre que se plantea de manera
tan habitual en una historia romántica. Me parece de manual y que no aporta
mucho, incluso resta. Afortunadamente, como mencioné al inicio, ese recurso
manido ocurre al final de la serie y no demerita todo el terreno ganado.
Aunque el hecho de ver a un protagonista declarándose a un tren en movimiento no es de mis escenas favoritas. Sobre todo porque sabemos que todo acabará bien, es innecesaria y sin tener contexto, incluso es hasta cómica sin proponérselo. El final de la serie me generó cierta expectativa, pero en forma contraria, yo me esperaba el final impopular. Es más, creo que el “mal final” le hubiera dado a “Tsuki ga Kirei” el estatus de convertirse en el nuevo “5 CentimetersPer Second” y para entonces le hubiera puesto un 9 en MAL y la hubiera defendido contra la avalancha de la gente desencantada.
Y luego de este enorme rodeo, creo que debería explicar, de una vez, por qué creo que en esta serie, un mal final le sería conveniente.
Recordemos que la serie tiene como premisa la juventud y el primer amor. Y es por ello que la inexperiencia de sus protagonistas dota cierta ternura a la historia, especialmente cuando nos referimos a su protagonista Akane, porque del otro lado Kotarou encarna mejor la torpeza, ese poco tacto que nos caracteriza a los hombres; es un poco idiota en resumen, pero nada diferente a lo que somos a esa edad (o incluso después).
Es
por eso que el final de la serie nos pone desde el punto de vista de Kotarou y
el por qué de cierto modo parece no merecer a Akane. Y así ocurre la
declaración al tren en donde ella se va, como clímax para mostrar su
arrepentimiento y expresar sus sentimientos en aquella frase que nunca fue
dicha.
Anotación personal: She is so cute. |
Pero
¿Qué pasaría si esa declaración nunca llegara a su destino, si ese último
momento fuera la señal de un inevitable final? Estaríamos entrando en terrenos
de la ruta “B”, el “Bad Ending”: pasados los años, el protagonista escribe
aquella historia y recuerda ese momento como una experiencia encantadora que
los recuerdos suelen idealizar, dejando sólo lo bueno y cristalizándola en una
burbuja tan idílica como dolorosa, porque ocurrió en un momento de la vida al
que solemos volver con mucha facilidad y al que siempre reconocemos como
injusto por ser irrepetible.
“Tsuki ga Kirei” con ese Bad Ending se revelaría como nostalgia en estado puro. Y eso sería la mejor manera de empatizar con la serie. Puesto que es muy fácil sentirse identificado con esa nostalgia, ya que en algún momento la hemos sentido, tal vez por algún lugar, un momento vivido, por una persona e incluso de quienes fuimos, porque muchas veces ese sentimiento está relacionado profundamente con el doloroso hecho de crecer.
Pero bueno, supongo que te deja
anímicamente mejor ver esos últimos minutos de la serie, en una rápida
transición de imágenes que nos hablan de sus protagonistas y un final feliz. Y
sí, admito que a mí también me gusta, aunque a la vez me parece un poco aburrido.
Pero subjetivamente supongo que es un final que todos queremos ver, porque al
menos nos queda la ficción para darnos consuelo, ¿verdad?
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