domingo, 18 de febrero de 2018

Tsuki ga Kirei - Un mal final podría ser más interesante




Alerta de Spoiler. Entre bajo su propio riesgo

Uno de los motivos por los que creo que "Tsuki ga Kirei" es una buena serie se debe al hecho de que no abusa de los clichés de su género. Sin embargo, en sus últimos momentos, no puede evitar marcar uno de los mayores clichés de las historias románticas: "Chico/Chica corriendo a una estación (Inserte aquí el medio de transporte que más se acomode a su guion)". Forzando un poco la situación para plantear una posible separación y un amor no logrado, como clímax final.


 ·   -  Y spoiler, eso no ocurre, aunque no sé por qué eso puede tomarse como spoiler, ya que era obvio lo que iba a ocurrir.


En esta escena el "mensaje subliminal".

Y claro esta que soy inmune a esa forzada incertidumbre que se plantea de manera tan habitual en una historia romántica. Me parece de manual y que no aporta mucho, incluso resta. Afortunadamente, como mencioné al inicio, ese recurso manido ocurre al final de la serie y no demerita todo el terreno ganado.

Aunque el hecho de ver a un protagonista declarándose a un tren en movimiento no es de mis escenas favoritas. Sobre todo porque sabemos que todo acabará bien, es innecesaria y sin tener contexto, incluso es hasta cómica sin proponérselo. El final de la serie me generó cierta expectativa, pero en forma contraria, yo me esperaba el final impopular. Es más, creo que el “mal final” le hubiera dado a “Tsuki ga Kirei” el estatus de convertirse en el nuevo 5 CentimetersPer Second”  y para entonces le hubiera puesto un 9 en MAL y la hubiera defendido contra la avalancha de la gente desencantada.


Y luego de este enorme rodeo, creo que debería explicar, de una vez, por qué creo que en esta serie, un mal final le sería conveniente.

Recordemos que la serie tiene como premisa la juventud y el primer amor. Y es por ello que la inexperiencia de sus protagonistas dota cierta ternura a la historia, especialmente cuando nos referimos a su protagonista Akane, porque del otro lado Kotarou encarna mejor la torpeza, ese poco tacto que nos caracteriza a los hombres; es un poco idiota en resumen, pero nada diferente a lo que somos a esa edad (o incluso después).

Es por eso que el final de la serie nos pone desde el punto de vista de Kotarou y el por qué de cierto modo parece no merecer a Akane. Y así ocurre la declaración al tren en donde ella se va, como clímax para mostrar su arrepentimiento y expresar sus sentimientos en aquella frase que nunca fue dicha.


Anotación personal: She is so cute.

Pero ¿Qué pasaría si esa declaración nunca llegara a su destino, si ese último momento fuera la señal de un inevitable final? Estaríamos entrando en terrenos de la ruta “B”, el “Bad Ending”: pasados los años, el protagonista escribe aquella historia y recuerda ese momento como una experiencia encantadora que los recuerdos suelen idealizar, dejando sólo lo bueno y cristalizándola en una burbuja tan idílica como dolorosa, porque ocurrió en un momento de la vida al que solemos volver con mucha facilidad y al que siempre reconocemos como injusto por ser irrepetible.


“Tsuki ga Kirei” con ese Bad Ending se revelaría como nostalgia en estado puro. Y eso sería la mejor manera de empatizar con la serie. Puesto que es muy fácil sentirse identificado con esa nostalgia, ya que en algún momento la hemos sentido, tal vez por algún lugar, un momento vivido, por una persona e incluso de quienes fuimos, porque muchas veces ese sentimiento está relacionado profundamente con el doloroso hecho de crecer.


Pero bueno, supongo que te deja anímicamente mejor ver esos últimos minutos de la serie, en una rápida transición de imágenes que nos hablan de sus protagonistas y un final feliz. Y sí, admito que a mí también me gusta, aunque a la vez me parece un poco aburrido. Pero subjetivamente supongo que es un final que todos queremos ver, porque al menos nos queda la ficción para darnos consuelo, ¿verdad?



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