sábado, 17 de febrero de 2024

Gantz – El Héroe en el mundo de Hiroya Oku

 



Si hay algo que no esperaba encontrarme en una serie como Gantz, irónicamente, es la notable manera en que la serie resalta la figura del héroe, especialmente en comparación con los estándares del anime. A pesar de la violencia descarnada y la sexualidad implícita (que no siempre se maneja con tino), estos elementos contribuyen a crear un ambiente que se acerca a la realidad. Gantz nos sumerge en un mundo donde los personajes son ruines, egoístas y exhiben un cinismo escalofriante, aparentemente inmunes a cualquier norma moral. Es precisamente por eso que la presencia del héroe se vuelve tan indispensable.

 


Pero curiosamente, la figura del héroe no descansa en el protagonista, Kei Kurono, sino en su amigo Masaru Kato, quien parece fungir como su espejo. Porque a Kei, se nos presenta como un individuo vacío y, hasta cierto punto, cobarde. No pretendo afirmar que sea un mal personaje; más bien, lo clasificaría dentro del estándar de lo que podría considerarse un paria. Estos personajes, destacados por sus imperfecciones y dudosa moralidad, poseen un potencial para un desarrollo magnífico, aunque a menudo carecen de carisma.


La primera escena en la que ambos se reencuentran es magnífica para definir a ambos personajes: un vagabundo ebrio cae a las vías del tren, pero nadie parece inmutarse. Con breves monólogos, la serie nos sumerge en los pensamientos de esas personas para mostrarnos su indiferencia. Incluso el protagonista Kei piensa que eso no es asunto suyo. Solo Kato salta a las vías del tren para tratar de sacar al vagabundo y le pide ayuda a Kei, quien accede a ayudarlo no porque crea que es lo correcto, sino por la presión social.




Sin embargo, la serie rara vez premia los actos de heroísmo. Por una especie de ironía trágica, (sello de Hiroya Oku), Kato y Kei salvan al vagabundo pero son arrollados por el metro. Mientras las personas apostadas en el paradero, lejos de sentir alguna empatía, toman fotografías de esa sórdida escena. Admito que la escena en cuestión es exagerada, pero la intención es mostrar violencia y, al mismo tiempo, censurar el morbo con el que las personas observan "el espectáculo". Gantz nos deja claro cómo funciona ese mundo; literalmente, la escena nos está diciendo: "Las personas no quieren involucrarse ni correr riesgos innecesarios por otros". Es por eso que un personaje como Kato, ese tipo que se mete en problemas que no le conciernen, exalta tanto la figura del héroe.



La molesta moralidad del Heroe


No soy muy fanático de los personajes "blancos", pero Kato, de fuertes convicciones morales y sumamente decidido, hijo de un bombero que murió en acción, defensor de los más débiles en un colegio que más parece una correccional de menores, y que no duda en enfrentarse a un Yakuza por salvar a una chica desconocida, es definitivamente un personaje muy "blanco". Sin embargo, su personaje funciona y logra que te preocupes por él porque representa esos deseos de hacer el bien que tanto se necesitan y que el miedo detiene en las demás personas. No es que Kato sea un temerario; tiene dudas antes de enfrentarse al peligro, y la trama incluso lo pone a cargo de su hermano menor para mostrarnos que tiene algo que perder.

 


Es curioso cómo reaccionamos ante las obras de entretenimiento; a veces, una obra plantea preguntas incómodas. En Gantz, esa pregunta es: ¿Hasta qué punto serías capaz de sacrificarte por ayudar a algún desconocido? La verdad es que me resulta difícil responder a eso, y es por ello que no puedo reprobar completamente a los personajes en Gantz. Esa es la razón por la que Kato me resultaba molesto al principio; él hace que los demás sintamos nuestra debilidad aún más explícita. Pero lo que Kato representa es, al final, lo importante. Él es quien trata de equilibrar la dudosa moral de un mundo oscuro, y por su valor narrativo, hace que la serie logre -tal vez sin proponérselo- agregar a su fórmula de violencia y sexo un elemento más importante: la lucha desesperada y tal vez inútil de un héroe en un mundo oscuro.

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