Introducción
A
primeras impresiones Occultic;Nine,
me recordó a Ghost Hound;
sobre todo por tocar el tema de un mundo paranormal oculto, que poco a poco es develado. Pero al mismo tiempo también me recordó,
y sobre todo por su dirección, a Bakemonogatari. Y creo que desde
aquí es cuando podríamos plantear el problema: ¿Realmente el estudio A1 Pictures necesita copiar al estudio SHAFT? O mejor aún podríamos plantearnos: ¿Realmente se requería la
influencia de una serie cómica, cuando la trama de Occultic;Nine está
claramente pensada como una historia de misterio y suspenso?
Los primeros segundos de la serie, nos muestran cadáveres y más cadáveres, hallados por la policía. |
El tono ambiguo
Al conocer a un personaje femenino, con un diseño como Ryoka Narusawa, la serie abiertamente nos está pidiendo que
no la tomemos en serio, pero luego avanzado los capítulos, vemos cadáveres
encontrados en posos, una organización oculta jugando a ser dios y a nuestro
protagonista arrancándole el diente a un cadáver. Contradictorio, ¿Verdad?
Luego de ver cadáveres, a los pocos segundos te aparece una imagen así. Y no es que sea algún error de animación. |
Entonces la decisión correcta es tomar en
serio a sus personajes y a los acontecimientos, porque estamos hablando de una
historia que debería involucrarlos profundamente a ambos. Pero eso nunca ocurre. Porque el problema esencial de Occultic;Nine, es que no sabe cuándo detenerse; siempre
habrá un momento para la conversión absurda, para el chiste malo, para la
intervención de algún personaje estúpido. Acciones que acaban
contradiciendo las intenciones de la trama y evitan que se genere debidamente
el ambiente de tensión, que una serie como está necesita desesperadamente.
El resultado final, es una serie que no sabe
que es exactamente, que no puede exponerse de manera correcta dentro de su
respectivo género y cuyo tono final roza la parodia sin proponérselo.
- Lo que toscamente lo
traduciría como: “Quieres hacer llorar, pero sólo causas risas”
Lo que resulta irónico es que “Steins;Gate”,
otra obra del mismo autor: Chiyomaru Shikura,
logra hacerlo bien.
“Steins;Gate”,
al inicio está plagado de situaciones, e
incluso personajes, igual de insoportables que los que posee “Occultic;Nine”. Pero la gran diferencia
es que, llegado el momento “Steins;Gate”
sabe detenerse y abandona las estúpidas
bromas, para centrarse en la fatalidad; en la lucha contra el destino. Y por supuesto
ver a alguien como Okabe Rintarou, el protagonista, un personaje a quien menosprecias desde el
primer momento; tratando como puede de solucionar algo que parece superarlo por
mucho, logra hacer que sientas verdadera empatía por él.
Nada parecido ocurre con el protagonista Yūta Gamon, de “Occultic;Nine”, él sigue
siendo el mismo idiota al principio y al final. Incluso luego que la historia
nos revele su gran “plot twist”, cuando nos enteramos que los protagonistas han
muerto, en una especie de referencia
a la película de “El sexto sentido” de M. Night Shyamalan.
Pero esta nueva situación, a pesar que sea
algo que se pueda usar, para hablarnos de sus personajes y los profundos
cambios que esta situación pueda ocasionar en cada uno de ellos; por el
contrario termina siendo una situación que pasa desapercibido. A nadie parece
importar que estén muertos, incluso la reacción de los involucrados es tan
indiferente que raya lo ridículo. Ni siquiera la muerte puede darles algo de
desarrollo, ese es el nivel de profundidad que tienen estos personajes.
Al final ocurre que el protagonista está
dispuesto a sacrificarse para regresar a la vida a sus compañeros. Pero es el
“sacrificio del héroe”, más vacío e indiferente que he visto. Ocurre lo más
rápido posible, con un dialogo demasiado apresurado, en un último intento
desesperado por buscar la reacción de espectador; que por supuesto no lleva a ningún
lado, porque como indique antes: para el protagonista estar vivo o muerto es lo mismo. ¿Qué es lo que está
sacrificando?
La mala ejecución (Dirección)
Nunca
me hubiera esperado que a A1 Pictures se le acabaran las ideas en cuanto a
dirección y tendría la necesidad de buscar referencias del Studio Shaft. Se
nota una influencia demasiada descarada, - para evitar mencionar la palabra
plagio, de parte del director Kyōhei Ishiguro hacia a otro mucho más competente, como es Akiyuki Shinbo.
El resultado final de dicha “influencia” es que la
ambigüedad del tono está muy relacionada con el tema de la dirección. Porque
ese cambio de plano atrevido, esa toma poco convencional, le sienta muy bien a
una comedia episódica como Sayonara
Zetsubō Sensei o
Bakemonagatari. Pero en esta serie, la
dirección pasa la línea de ser arriesgada y original, y es molesta, sin sentido
y entra en conflicto con lo que se intenta mostrar.
Ejemplo el capítulo10, los cambios de planos sin sentido,
porque hay demasiado dialogo y al director no se le ocurrió otra mejor manera
de llevar las escenas, para que no resultarán demasiada aburrida.
El extraña y molesta "toma inclinada", que se repite sin cesar en el capitulo 10. |
El plano en perspectiva aérea de los protagonistas,
cuando están planeado su regresar a la vida, una toma que demuestra lo serio
que es la situación en esos momentos.
El exquisito plano aéreo, para reafirmar la narrativa y generar el impacto a causa de la desesperación por la que pasan los protagonistas en este momento. |
Los diálogos “comprimidos”
Los diálogos están mal organizados y al parecer el
personal encargado no sabe lo que significa edición y síntesis. Porque luego
nos topamos con escenas, cuyo tiempo ha sido acelerado, para lograr que todo ese
excesivo dialogo quepa en los escasos 20 minutos que dura el capítulo, y esa es
una práctica recurrente en esta serie, que obviamente denota poco
profesionalismo.
Realmente era necesario ese despliegue de exposición sin
respirar, que hacen los actores de voces, que más parece una conversación entre
robots, con mucha prisa y sin una pisca de humanidad. Tan sagrado son los
diálogos del guion que el director no tenía permitido editarlo o resumirlo; siendo
en su gran mayoría palabrería barata y pretenciosa.
Conclusiones.
A1
Pictures es uno de mis estudios favoritos, cada año logra sorprenderme al menos
una vez, pero este es uno de sus trabajos que está muy por debajo de sus
estándares. Y la dirección parece competente, pero es un simple engaño, está
llena de influencias que no aportan en absoluto con la narrativa y al tono de
la serie. Aunque esto tal vez sea algo que tenga que ver con el guion, o la aceptación
del público oriental a ver historias sin mucho sentido. Pero como he nacido en
occidente y por aquí es muy importante el sentido común, aun en las ficciones. La
serie me resulto estúpida y seguirá siéndola, por más adornos que el director
trate de poner.
Puntuación:
2.0 /10
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