domingo, 18 de junio de 2017

Girlish Number (LN)- Cuando intentas criticar a la “Industria”. Pero mejor no.


TITULO ORIGINAL

GÉNERO / DEMOGRAFÍA
Slice of Life / Seinen? (¿En serio?)

ESTUDIO DE ANIMACIÓN

DIRECTOR
Shouta Ibata (desconocido)







Luego del  primer capítulo de Girlish Number,  pensaba haberme encontrado con una serie que no sólo quería hablar de la indu4tria  del anime, sino que parecía querer desmitificarla. Mostrarnos a la animación japonesa como un “producto” y con ello, darnos nuevas perspectivas para los que no sabemos cómo se maneja esa gran maquinaria. Incluso pensaba que se atreverían a entrar en el terreno de la autocrítica y la sátira, dos veces los protagonistas dicen: “Algo anda mal con esta industria” y en un momento se ríen de la figura del escritor de la novelas. Y no contento con eso, la figura del productor también parecía ser tema de crítica y burla, a quien personifican como alguien insufrible e inepto y cuyo nombre Kuzu-P, que fonéticamente en japonés, suena parecido  a “basura”.


Al parece el menospreciar al escritor de novelas ligeras es un secreto a voces en Japón.

Sin embargo la serie ni siquiera llega a ser medianamente subversiva y no es que esté utilizando su  genérica historia de actrices de voces (Seiyus), para sutilmente reírse de los elementos a los que hace alusión. No, eso sería demasiado osado, Girlish Number es simple y llanamente una genérica historia de actrices de voces (matizada con un poco del genero Idol. Y se acabó, no rebusquemos más.

 - Y bueno tampoco es que quiera hacerme el desinteresado con respecta a una Seiyu “Idol”. Por ejemplo amo a esta mujer: Yuko Goto

Pero en cuanto a ver una historia relacionada con el tema, admito que le tengo cierto prejuicio al subgénero Idol, porque a pesar de no haber visto ninguna serie de esa clase, por lo general es un tema que en absoluto me interesa, ni el concepto que tienen de hacer música, ni el estándar de sus personajes; que por lo general son un grupo de chicas, en una típica historia que toca el cliché de la superación y tarde o temprano, la amistad. Sin darle mucho espacio al desarrollo de personaje y si existen conflictos, estos se resuelven de manera tan perezosa como han sido planteados.    


 A partir del segundo capitulo la serie se encasilla en la típica historia de amistad y compañerismo.

Como por ejemplo: el personaje que hace del productor Kuzu-P, cuyo Seiyu es alguien tan famoso y experimentado como Kazuya Nakai, quien verdaderamente hace un buen trabajo; pero es un esfuerzo desperdiciado porque su personaje es una especie de factor cómico mal logrado. Al principio pensé que serviría para tocar el tema de la negligencia y el poco profesionalismo, pero la trama no está pensada en hacer que sus personajes ganen algo de dramatismo o siquiera que tengan dificultades reales.

Y esto no solo tiene que ver con Kusu-P, quien después de abandonar su trabajo, nada le pasa y vuelve como si nada hubiera pasado. También algo parecido ocurre con las protagonistas como: Sonou Momoka, quien vive a la sombra de la famosa figura de su madre, resuelve sus conflictos con ella, con una llamada por celular a larga distancia y Shibasaki Kazuha quien tiene una conflictiva relación con su padre por el tema de su trabajo como Seiyu, el asunto se resuelve con un simple “cuídate”, de parte de un supuesto irascible padre.

Pero por otro lado tenemos el clímax final con la protagonista Chitose, quien parece ser relegada y  supuestamente está sucumbiendo ante la presión de su carrera, su situación se resuelve con un discurso de aliento, de su manager-hermano, que siempre pudo haberle dado ese discurso, pero se esperó hasta el último momento para generar tensión.

Al final todo termina con sonrisas, porque eso de que había algo malo con esta industria sólo
eran especulaciones .

Conclusiones

Toda la historia gira en torno a sus protagonistas, pero en un ambiente laboral más que ficticio, en el que no hay conflictos de intereses, ni guerra de egos, ni imposiciones injustas. Aquí todo es de color rosa, sin que haya alguna mínima muestra de fricción entre las protagonistas, algo completamente opuesto a lo que sería un trabajo tan competitivo. Lo que es irónico porque la serie quiere reflejar eso mismo.

En los últimos minutos, las protagonistas empiezan a hablar del anime en el que estaban trabajando, diciendo que era una serie genérica y que salvo su apartado técnico, no había más. Diríamos que la serie en esos momentos: ¿Acaso se está burlando de sí misma?
 Pero saben algo, después de todo lo visto, se me hace muy difícil pensar que esta serie pueda ser siquiera inteligente para atreverse a algo así.

Puntuación: 2.8 

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